viernes, 28 de noviembre de 2014

El árbol mágico



 El árbol mágico

Sus hojas eran doradas, sus frutos plateados y en una de sus ramas vivía una familia de elfos. El árbol mágico era su hogar y a la vez su fuente de ingresos, ya que vendía las hojas a los enanos cuando éstas caían al suelo. Los frutos plateados eran comestibles, así que no tenía que preocuparse por la comida. Ganaron tanto con la venta de las hojas a los enanos, que decidieron hacer reformas en su casita del árbol, hasta convertirla en la mansión del árbol. Las reformas duraron cinco estaciones y cuando acabaron la mansión era la más espléndida mansión que cualquier elfo ha tenido en una rama. Con lo que no contaron los elfos es que el peso de la mansión partiría la rama y ellos morirían de la forma más espantosa que uno pueda imaginar. Y ahora es el momento de imaginarlo.








jueves, 27 de noviembre de 2014

La piedra mágica



La piedra mágica
Había una vez una piedra en medio de un prado. La piedra era mágica y nadie lo sabía. Una vez una pareja en sus cincuenta que vivían en la ciudad y a los cuales les gustaba ir al campo algunos fines de semana para desconectar pasaron por el prado. No hicieron ningún tipo de caso a la piedra mágica, que les habría dado poder y conocimiento, y vivieron medianamente felices hasta que murieron.




___
Recupero microrelatos que voy encontrando por mi ordenador. No es que no escriba, pero estoy ahora mismo escribiendo sobre una clienta del bar dónde trabajo. Es una historia sobre la búsqueda de un epitafio. Espero poderla compartir pronto. En Viena hace frío y viento, estoy leyendo a Gregorio Morán (un poco de crítica a la Transición es necesaria, y más desde la distancia físico/temporal), tengo una bici que se llama Frolix 66, y aún tengo que pagar el libro que me enviaron Les Males Herbes ("La Tècnica Meravellosa", de Max Besora, libro que deberíais leer ya que el estilo es interesantísimo, os sentiréis identificados con la historia si habéis pasado alguna vez por una universidad, hay dibujos de mapas y palabras en lenguas asiáticas y, una gran bola de mierda).

viernes, 21 de noviembre de 2014

El niño mágico



El niño mágico
El niño mágico desapareció y sus padres, que no eran mágicos, esperaron durante cuarenta años su vuelta. Cuando vieron, al cabo de esos cuarenta años, que el niño mágico no volvía, se contentaron con el hombre mágico que hacía veinte años había venido a vivir con ellos.

jueves, 20 de noviembre de 2014

XMas

Addicted to Xmas



__los mercadillos de navidad inundan mi nueva ciudad, hasta 3 trabaja en uno.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Dos chanzas y nuevos mensajes

Efectos secundarios

__Este lo hice sin saber aún que Charlie iba a resurgir en titulares por una posible boda. 

Seat Down Please






En otro orden de cosas, ayer después de comer Sushi baratísimo (2 euros y pico, cosas extrañas ocurren en la cara Viena) me dieron un Thai Lucky Roll (creo que así se llamaba), una especie de galleta de la fortuna pero con forma cilíndrica y el mensaje en medio, también enrollado. La frase "The best times of your life has not yet been lived", como que no merece mucha discusión ya que conocemos el origen del mensaje y en este caso el emisor (el Thai Lucky Roll) no puede sino decir cosas obvias. Pero lo que más me llama la atención es el B-2 que hay en la parte inferior. Mi teoria es que B-2 es el pseudónimo de algún escritor políglota que se dedica a buscar las frases más obvias del mundo para luego hacer una obra definitiva, post-todo y aburridísima. B-2 si lees esto, ¡Te apoyo!


lunes, 17 de noviembre de 2014

Objeto encontrado y dudas posteriores (parte 2)



En mi último post hablé del encuentro misterioso y fantástico de una tarjeta con diferentes signos, dibujos, palabras y hasta un número de teléfono en un libro de la biblioteca central de Viena. El libro, “Aires de Dylan” de Enrique Vila-Matas, parece haber afectado mi objetivo, que era encontrar a partir del número de teléfono que había en la tarjeta, al desconocido que la había dejado en el libro.
Como no podía estar totalmente seguro de que el número fuese del autor/a de mi objeto encontrado, me decidí por enviarle un mensaje, ya que llamar me parecía demasiado intrusivo. A las 9:59 del 7/11/2014 (un día después del encuentro, un día después del post) envié el siguiente mensaje: “Buenos días”. Así, con tilde, mayúscula al inicio, correlación entre el momento y el saludo, etc, etc, etc. Es decir, envié un mensaje que mostraba (o intentaba mostrar) que soy una persona gramaticalmente correcta, educada, consciente de la hora en la que vivo, en definitiva, un tipo con el que empezar una amistad.
No me contestó.
Han pasado diez días. No me ha contestado.
Yo no he insistido, porque no quiero ser un extraño número de teléfono que envía mensajes sobre una tarjeta extraña y un libro de Vila-Matas de la Hauptbibliothek. Más bien dicho, no puedo ser eso, soy totalmente incapaz. Necesito alguna energía externa para chocar contra alguien, no tengo suficiente conmigo mismo. Mi escueto y cobarde “Buenos días” lo demuestra. No voy a engañarme.
Lo que es más interesante sobre esta nota, este intento de comunicación y el consecuente fracaso es que en la novela de Vila-Matas uno de los protagonistas (por no llamarlo EL PROTAGONISTA) lleva a cabo un gran archivo sobre el fracaso. Así, puede que la nota que estaba en el libro tuviese la intención de llevar al fracaso más absoluto a quién intentase comprender que había detrás de ella. Hasta es posible que Vila-Matas, o uno de sus personajes, o una persona que se cree uno de sus personajes, se dedique a viajar por el mundo dejando notas-pista-callejónsinsalida que llevan al fracaso a quién intenta desentrañar su significado. O puede que todo sea una casualidad cósmica y alguien simplemente se olvidase la nota entre las páginas del libro.
Nunca lo sabré.
Lo admito, he fracasado en mi intento de encontrar el sujeto del objeto encontrado

jueves, 6 de noviembre de 2014

Objeto encontrado y dudas posteriores (parte 1)



Me acaba de ocurrir algo extraño, o puede que no lo sea para nada, pero puede que el contexto en que me ha ocurrido haya hecho que a mí me lo parezca.
Hoy me he acabado dos libros. El primero es “Los Sordos” de Rodrigo Rey Rosa (que magnífico nombre, RRR, RoReRo), el segundo de Cristina Fernández Cubas “El Ángulo del Horror” (mi cuentista favorita). Como hemos cenado pronto y llevo escuchando recopilatorios de la Fania desde hace un par de horas, no hemos salido (esto no tiene mucha lógica para el observador externo, pero como este es un texto 100% verité no me importa), así que he decidido empezar otro libro de la biblioteca. Aquí, antes de desvelar el libro debo aclarar mi situación bibliotecaria en este momento. En Austria se paga por ser miembro de la biblioteca, y ahora mismo Teresa y yo somos miembros de dos: yo de la del Instituto Cervantes (de allí llevo uno de Zweig, uno sobre Bolaño extremadamente repetitivo, otro de Bolaño, Poemas y Antipoemas, los de RRR y CFC antes citados, y uno de Rafael Reig que extravié en el bus pero que recuperé gracias a que a) estaba en castellano o/y b)a nadie le interesaba leerlo) y Teresa de la Hauptbibliothek, o Biblioteca Central de Viena (de dónde entre libros para ella en alemán, he sacado y leído uno de Dick, otro de Bolaño, y un apasionante libro de detectives para aprender alemán denominado “Oktoberfest” que aún estoy leyendo aunque tenga escasas 30 páginas). Y por último “Aires de Dylan” de Enrique Vila-Matas. Y me he empezado a leer el libro, y muy ficción no ficción y etc, etc, à la Vila-Matas, me gustó “Historia abreviada de la literatura portátil”, así que mira, no me pareció mal leérmelo; y eso que leo como una introducción y noto que algo se mueve entre las páginas. No era un insecto, no era un billete de 500 euros, no era una carta de amor, no, era una tarjeta de esas que se usan para estudiar (foto adjunta a este escrito).

En lo que considero el anverso, dado que es donde hay más escrito se puede leer lo siguiente:
1. En la parte superior, escrito en bolígrafo azul: internet chat/convo: -selling your house.
2. Una serie de cenefas también en boli azul.
3. Lo último escrito en bolígrafo azul son dos especies de códigos o puzles: “MIG 1111” (con el MIG subrayado) y “KT 111” (las letras también subrayadas)
4. En lápiz encontramos una serie de palabras escritas en mayúsculas: TURBACIÓN, COLMAR, DESPACIO, ECHAR, HUÍR, CENIZA, PAYASO, TUTEAR, LA EXCUSA, CÁLIDO, ADICCIÓN, ENAJENADO, REÑER. Aunque todas estas palabras me llaman la atención hay algunas que me sorprenden más que otras. La primera es REÑER, que acabo de mirarlo y no existe. ¿Qué querrá decir el escritor o la escritora? ¿Reñir? Y si es reñir, ¿A quién riñe? ¿Al PAYASO ENAJENADO con una ADICCIÓN que le hace HUIR (con tilde en el original) DESPACIO arguyendo LA EXCUSA? ¿O a un camarero por TUREAR a una clienta rubio CENIZA? Y si no quería reñir, ¿Qué quería escribir? Puede que sea incapaz de reñir a nadie y por eso haya escrito REÑER, con una especie de afasia hacia lo que no puede hacer. Seguramente es una persona que detesta la novela fantástica. Y luego, más allá de este misterioso REÑER está LA EXCUSA. ¿Por qué LA EXCUSA y no LA ADICCIÓN o LA CENIZA? ¿Qué tiene LA EXCUSA que merezca un artículo? ¿Qué le falta a la TURBACIÓN?
5. Escrito en letras gruesas (en plan grafiti) la palabra DICK con la K sin acabar, pudiendo ser lo que creo que es una K una V. ¿Qué es DIKV?
6. Dos dibujitos de un romboide. En ambos hay dos líneas perpendiculares que unen los vértices opuestos. En el primero, pequeño y malformado, eso es todo. En el segundo, más grande y mucho más simétrico, con una posición central en la tarjeta, se han pintado con lápiz dos de los triángulos que forman las perpendiculares.
En el anverso:
1.Un dibujo de una especie de flor/rueda en lápiz y una rallas en bolígrafo.
2. Un número de teléfono: 0680243xxxx
¿Llamo o no llamo?