lunes, 17 de noviembre de 2014

Objeto encontrado y dudas posteriores (parte 2)



En mi último post hablé del encuentro misterioso y fantástico de una tarjeta con diferentes signos, dibujos, palabras y hasta un número de teléfono en un libro de la biblioteca central de Viena. El libro, “Aires de Dylan” de Enrique Vila-Matas, parece haber afectado mi objetivo, que era encontrar a partir del número de teléfono que había en la tarjeta, al desconocido que la había dejado en el libro.
Como no podía estar totalmente seguro de que el número fuese del autor/a de mi objeto encontrado, me decidí por enviarle un mensaje, ya que llamar me parecía demasiado intrusivo. A las 9:59 del 7/11/2014 (un día después del encuentro, un día después del post) envié el siguiente mensaje: “Buenos días”. Así, con tilde, mayúscula al inicio, correlación entre el momento y el saludo, etc, etc, etc. Es decir, envié un mensaje que mostraba (o intentaba mostrar) que soy una persona gramaticalmente correcta, educada, consciente de la hora en la que vivo, en definitiva, un tipo con el que empezar una amistad.
No me contestó.
Han pasado diez días. No me ha contestado.
Yo no he insistido, porque no quiero ser un extraño número de teléfono que envía mensajes sobre una tarjeta extraña y un libro de Vila-Matas de la Hauptbibliothek. Más bien dicho, no puedo ser eso, soy totalmente incapaz. Necesito alguna energía externa para chocar contra alguien, no tengo suficiente conmigo mismo. Mi escueto y cobarde “Buenos días” lo demuestra. No voy a engañarme.
Lo que es más interesante sobre esta nota, este intento de comunicación y el consecuente fracaso es que en la novela de Vila-Matas uno de los protagonistas (por no llamarlo EL PROTAGONISTA) lleva a cabo un gran archivo sobre el fracaso. Así, puede que la nota que estaba en el libro tuviese la intención de llevar al fracaso más absoluto a quién intentase comprender que había detrás de ella. Hasta es posible que Vila-Matas, o uno de sus personajes, o una persona que se cree uno de sus personajes, se dedique a viajar por el mundo dejando notas-pista-callejónsinsalida que llevan al fracaso a quién intenta desentrañar su significado. O puede que todo sea una casualidad cósmica y alguien simplemente se olvidase la nota entre las páginas del libro.
Nunca lo sabré.
Lo admito, he fracasado en mi intento de encontrar el sujeto del objeto encontrado

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