Yo ya no escribo en el blog porque escribo en otra parte.
Esa otra parte pronto vendrá al blog.
Hoy ha nevado y he pensado en apocalipsis llenos de nieve:
tribus postadolescentes con cosmogonías rápidas y útiles para sobrevivir; un
hombre alto y fuerte que se viste con pieles blancas y una máscara africana,
asemejándose a un Yeti, y que se dedica a asesinar y robar a viajero desprevenidos entre las nieves
eternas de la ciudad; polacos peligrosos y acostumbrados al clima que persiguen
a los nuevos herejes; un hombre que quema libros técnicos para calentarse y
atesora novelas y las protege con su vida; un viejo que decide que puede que sí
que exista al tierra prometida y avanza lentamente hacia el sureste, con
provisiones en una mochila y números tatuados en su brazo…
También he pensado en los tipos de nieve. Y he decidido que
el agua no puede sublimar, y me he dicho, voy a mirarlo por Internet, pero
después he decidido que no, que el agua no puede sublimar y ya está. Que lo
diré, y si alguien considera oportuno corregirme, lo hará. Y si no, reinará el
silencio de la nieve (de líquido a sólido).
He pensado en una mujer que decide que es un ultraje a sus
creencias eso de que “todos los copos de nieve son diferentes”. Ella cree en la
dualidad, en la existencia de un doppelgänger
para todos y para todo. ¿Qué hará para demostrar al mundo lo muy insultada
que se siente?
Y mañana vuelve 3.
Y seremos tres en casa.
Durante unos días.
Dejo esto escrito y publicado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario