Quería ponerme a escribir un
cuento largo (con vocación de nouvelle)
que llevo escribiendo que empieza así: “Estaba en ese momento Enrique
Vila-Matas hurgándose la nariz.”.
En casa notaba que no podría
concentrarme y he decidido ir al Instituto Cervantes. También así aprovechaba
para hacer cambios de libros ya leídos. Como esto tiene un poco de bitácora
personal voy a escribirlos para recordarlo luego.
El Aleph de Borges por Cómo
me hice monja de César Aira.
Los mares del Sur de Montalbán por El Balneario del mismo autor.
Los culpables de Villoro por Guerra
y lenguaje de Adan Kovacsics.
Dublinesca de EVM por Kassel
no invita a la lógica de Vila-Matas.
Y ya que me pongo bitacórico (el
corrector de Word me invita a corregir “bitacórico”, subrayándolo de rojo, y me
invita a cambiar la palabra por “pitagórico”. ¿Debo hacerlo? Porque si me pongo
pitagórico creo que perderé el hilo de lo que quería decir, ya que entre tanto
número y pentagrama no puedo operar óptimamente) explico que ayer estuve en un
recital de poesía y recité un poema, que aprovecho para compartir:
Krampushelfer
Sóc l’ajudant del Krampus,
Escric amb carbó a les parets
“El Fary vive, la lucha sigue”
Amb un nen atemorit per motxilla
I concert de cadenes rovellades .
Sóc un Krampushelfer,
Mutant mediterrani alpí
Em bec Moritz de mig litre
I schnapps de romaní.
Bruts els Cabells, salvatjes,
Ferum a bèstia indomable,
El meu bosc és de formigó,
On no ululen les òlibes
Però ho fan les ambulàncies
Plenes del meus morts.
Sóc el secundari del monstre,
Una ombra esgarrifadora
De conte d’Edgar Alan Poe.
Por, por, por, por,
Tremola mädchen,
Cagat a les calces!
Sóc rei dels terrors infantils
Ni Dollfuss va poder amb mi.
Además hice una sesión de
bibliomancia, espectáculo que he robado a Roger Pelàez después de verlo en un
acto de Les Males Herbes, que fue recibida con una mezcla de estupor,
aburrimiento y diversión desenfrenada por parte del público.
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