Empiezo: “Me encontré con el Apocalipsis una noche de
verano. Ahora, muerto en vida, la franja de sol plateada que el Sol ha pintado
en el mar me hace intuir que he elegido el Paraíso. Vivo muerto entre muertos
vivientes. Mi tribu es la de los vivos muertos. Lo sé porque yo viví el
Apocalipsis una noche de verano”.
Continúo yendo a unas líneas escritas antes de descubrir que
el mundo había acabado, que tienen algo de oráculo, tanto por lo que dicen como
por su rápido aborto. Solo dos líneas, escritas en el papel blanco de la
libreta. Parece ser un inicio de poema. Un poema abortado, un poema que iba a
ser malo y decidió no ser. Un perfeccionista suicida. Allá va:
Te saludo, diciéndote
“Soy antemosaico
“Soy antemosaico
Acabo con unas líneas escritas el miércoles 13 de Agosto, en
Son Real, Mallorca. Están escritas después del Apocalipsis. Puede que eso
explique todo:
Cormorán.
Desnudo.
El mar contra las rocas suena a tubería por desatascar.
El Sol ataca a mi piel.
Las hormigas atacan a nuestro campamento.
El Sol a mis espaldas me convierte en un Atlas, un Atlas a la parrilla.
Desnudo.
El mar contra las rocas suena a tubería por desatascar.
El Sol ataca a mi piel.
Las hormigas atacan a nuestro campamento.
El Sol a mis espaldas me convierte en un Atlas, un Atlas a la parrilla.
Más sobre el Apocalipsis mañana. Hoy ya no parece verano y me
puedo permitir el lujo de olvidar momentáneamente que viví el Apocalipsis una
noche de verano.
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