Sigo sin acabar los cuentos, que
se hacen largos y por lo tanto mala carne para blog, así que hoy que me he
despertado pronto aprovecho para escribir sobre un ser que me ha fascinado
desde hace tiempo, y más desde que vivo aquí en Austria. Si queréis que en vez
de que os lo explique yo os lo explique Christoph Waltz podéis hacer click AQUÍ
(aunque aviso que lo hace en el programa de Jimmy Fallon y comete un par de
errores).
1. Si algún catalán le ha explicado
a un extranjero que es el Caga Tió seguramente la reacción de ese extranjero ha
sido de divertida sorpresa (“niños pegando a un tronco diciéndole que cague
regalos, WTF!, jajaja”). Cuando un austriaco explica a un extranjero que es un
Krampus la reacción de este (a no ser que sea una mente perversa como la mía)
es de horror.
2. El Krampus es un ser parecido
a un demonio (este post estará lleno de fotos, así que os podéis ir haciendo
una idea de las diferentes formas que toma) que se dedica a secuestrar y
martirizar a los niños que han sido malos durante la festividad de San Nicolás
(6 de Diciembre)
3. El Krampus es un personaje del
folklore pre-cristiano. Austria es un país mayoritariamente católico. El
Krampus nunca ha gustado mucho a la Iglesia, y no es de extrañar, ya que es una
muestra de religiones atávicas dónde lo adorado y temido tenían la capacidad de
ser tocados y sentidos, mientras que su Dios es un tanto intangible. Por
ejemplo, en muchos pueblos el Krampus se dedica a ir una semana antes del 6 de
Diciembre con becerros y cadenas asustando a niños y mayores cuando menos se lo
esperan. La única experiencia similar que he tenido yo con Dios ha sido con una
paloma, pero creo que se debe más a mi colombofobia que a una voluntad del Espíritu
Santo de molestarme.
Un par de Krampus llevándose a críos malvados (nótese la ausencia de rubios)
4. El Krampus sigue la estela de
personajes como el hombre del saco. Personajes creados por los adultos para
reprimir y controlar a los niños. En el caso del Krampus, éste suele visitar a
los niños junto a San Nicolás. El Bien y el Mal juntos, premiando o castigando
la conducta de los más pequeños de la casa. Un familiar de 3 me explicaba que
de pequeño cuando venía el Krampus a casa le daba una rama al Pater Familias,
rama que éste colgaba en el salón y servía para castigar físicamente a los
niños cuando estos se portaban mal. El horror, me comentaba, no era la
posibilidad de ser castigado con la rama, sino que la misma rama tuviese un
lugar tan preferente en la casa dado su oscuro origen.
5. Los campesinos jóvenes se
disfrazan de horripilantes Krampus y se dedican a perseguir borrachos a chicas
adolescentes. EL Krampus es aquí una vía de escape y violencia sexual para la
juventud del campo. Las chicas adolescentes en vez de encerrarse en casa salen
a la calle a ver el desfile del Krampus
aunque saben que pueden ser atacadas. ¿El precio de la libertad? No sé, una
cosa a favor del Krampus es que esta tradición fue prohibida y perseguida por
el régimen austrofascista de Dolffuss.
6. El Krampus nos recuerda que el
invierno, aunque queramos decorarlo y saturarlo de grasas, no deja de ser una
temporada peligrosa en que los monstruos campan a sus anchas gracias al frío y
la oscuridad imperantes. Por ejemplo, hay más suicidios en invierno que en
verano, así que cuidado con los monstruos del invierno y FELIZ NAVIDAD.
_Y como regalo navideño comparto estampas de mi colección de objetos y comida Krampusnesca.
Máscara de Krampus
Chocolatina de Krampus (fíjense en las cadenas y la vara)
Chocolatina Faitrade de Krampus. En este caso aparece un Krampus peludo, más habitual en los disfraces en los pueblos austríacos. El cesto que lleva a la espalda es para llevarse a los niños.
Krampus de mazapán.
Este Krampus chocolatina tiene una pose de matón de tupinada ibérica que me fascina.
Krampus de fieltro con cabeza de plástico, ideal para broches.
Interesante revisión del Krampus en esta chocolatina. Los tres elementos básicos persisten: vara, lengua y cuernos.
Piruleta Krampus, en este caso nos encontramos con un joven Krampus aún de prácticas, que esperemos que sean pagadas.
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