martes, 10 de marzo de 2015

batalla a muerte entre torrente ballester y vázquez montalbán



La lectura de un libro sobre escritores que no escriben o dejan de escribir no debe ser lo más adecuado para escribir. Vila-Matas, su autor, recuerdo que una vez en una entrevista le preguntaron que estaba leyendo y dijo que nada, porque mientras escribía no podía leer nada. Yo al revés, necesito ir leyendo, irme orientando, ir fagocitando con más o menos descaro las ideas de los otros.

 “”El arte es una estupidez”, dijo Jaques Vaché, y se mató” (Bartleby y compañía de E. Vila-Matas, p. 74).

Este post, por su carácter extraordinario (dado que últimamente en el blog lo ordinario es el silencio), tiene pocas historias dentro de él mismo porque las historias se están escribiendo. Llevo unos días pensando, y va bastante bien para luego escribir.

Por otro lado, ayer me hice una maratón de documentales sobre Vázquez Montalbán y gente así te lleva a diferentes estados mentales/emocionales a una velocidad de vértigo. La lucidez, el trabajo, el buen vivir, la política, y un fino sentido del humor. Si hay momentos en que uno quiere aprender, siempre va bien fijarse en lo que otros, a los que admira, han hecho. Podéis ver el documental que me gustó más, aunque después me di cuenta que ya lo había visto hacía unos años, pero eso con mi consumo desaforado de material televisivo no es extraño, en este link.
 
También miré una pequeña pieza del Ministerio de Cultura, de la Dirección General del Libro y Bibliotecas (suprimida por nuestro querido Gobierno actual), en la que Torrente Ballester hace una charla magistral de 7 minutos sobre la imaginación, sobre dónde nació y sobre el humorismo. Yo todo lo que he leído de Torrente me ha gustado, aunque debo confesar que por motivos de falta de tiempo dejé a la mitad “Los gozos y las sombras” y aun no lo he reanudado, y en especial “La saga/fuga de J.B.” me parece una de las mejores novelas fantásticas que existen en lengua española. Podéis ver a este enorme autor que, aunque estuvo con los padres de los suprimidores de DG culturales, seguramente no le habría hecho maldita la gracia lo que hacen sus niños.

Y ya para acabar este texto hipervinculando, tan propio de Internet y la espiral infinita del conocimiento al que nos lleva (conocimiento muchas veces inútil, aunque el conocimiento inútil tampoco tiene que serlo tanto una vez uno sabe jugar al 42), mencionar a César Aira, un descubrimiento maravilloso que me llegó en forma de libro/regalo después de un viaje de 3 a la Argentina y autor que he disfrutado recientemente en menos de un día con su libro “El congreso de literatura”. Sólo diré que hay clones, gusanos gigantes, Carlos Fuentes y bellezas venezolanas. 

 

1 comentario: